Reconocido como "hotspot", el Mediterráneo es un auténtico hervidero de biodiversidad con una concentración excepcional de especies, de las que casi el 50% dependen de él. Sin embargo, la mayoría de sus especies marinas están en peligro de extinción. El 56% de los cetáceos están seriamente amenazados de extinción, el 42% de los peces podrían desaparecer, lo que provocaría un enorme desequilibrio en la biodiversidad marina y ciertos impactos en la economía local, regional y mundial. Numerosos informes científicos sitúan al Mar Mediterráneo a la cabeza de las zonas de acumulación de residuos plásticos y como uno de los mares más contaminados del mundo.

Creada en 2016 por iniciativa de dos jóvenes estudiantes, la asociación Mare Vivu está activa en todo el Mediterráneo gracias a una estrecha colaboración con varias asociaciones de la Provenza y la Costa Azul en temas relacionados con los residuos, especialmente el plástico.

Además de apoyar las actividades de la asociación, cada ayuda obtenida gracias al crédito de carbono Avvena contribuye a la financiación de máquinas de baja tecnología, fabricadas con materiales reciclados y que permiten triturar y reciclar in situ todos los plásticos alterados recogidos en la costa y en el mar (que escapan a los canales de reciclaje tradicionales).